viernes, 9 de septiembre de 2011

LA IGLESIA

Objetivo: Que el nuevo creyente conozca el origen e importancia de la Iglesia.
En este estudio se tratará acerca del origen de la Iglesia y su importancia. Los Temas a exponer son:
A. ¿Qué es la Iglesia?
B. El origen de la Iglesia
C. Los beneficios y la ayuda que ofrece la Iglesia a cada creyente
A. ¿Qué es la Iglesia?
La palabra Iglesia se deriva del griego "ecclesi" y significa asamblea convocada. Podemos decir que es el conjunto de todos los creyentes que han aceptado a Cristo como su Salvador. De esta manera la Iglesia no es el edificio o la construcción como algunos piensan, sino que, de acuerdo a la Biblia, la Iglesia es el cuerpo de Cristo, formado con todos los creyentes, “y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;”   Colosenses. 1:18.
B. El origen de la Iglesia
La mención de la palabra "Iglesia" aparece hasta el Nuevo Testamento, en Mateo. 16:18 la hace el Señor Jesucristo: "y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella". Esta porción bíblica declara, en forma sencilla, la relación entre Cristo y la Iglesia, aunque ésta no estaba aún establecida; aquí fueron dadas las bases que los apóstoles tomaron para la relación entre Jesús y todos los cristianos.
Para mayor comprensión referiremos dos puntos importantes:
."...sobre esta roca edificaré mi iglesia". En este versículo el Señor Jesucristo se declara a sí mismo el fundamento de la Iglesia. Pero también la manifiesta como su propiedad, su adquisición.
."...y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella". La Iglesia es protegida, cuidada por Cristo y nadie la separará de El, ni siquiera el Hades, que significa muerte o infierno, porque El es Dios.
Estas afirmaciones nos llevan a pensar en la importancia que Iglesia tiene para Cristo. En otro pasaje bíblico encontramos que el Señor Jesús vuelve a mencionar la palabra Iglesia. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.” Mateo.18:17 y la declara como la congregación de los santificados, donde no hay contaminación, ni existe el pecado y todo aquel que practica pecado es apartado.
La Iglesia se inició 50 días después de la resurrección Jesucristo. Estaban orando 120 creyentes en Cristo, cuando el Espíritu Santo vino sobre ellos de una manera poderosa,  sobrenatural y maravillosa, creando un nuevo reino, no político sino espiritual. El es el rey de todos los cristianos.
Así surgió la Iglesia de Cristo, el cuerpo espiritual mencionado con un propósito, el de dar a conocer la luz, las nuevas de salvación al pueblo que está en tinieblas. Ustedes son la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Tampoco se enciende una luz para ponerla debajo de un almud, sino sobre el candelero, y así alumbra a todos los que están en la casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. “Mateo 5:14-16. Desde sus inicios Cristo está con su Iglesia. Jesucristo intercede por nosotros ante el Padre, quien escucha las súplicas de Iglesia y responde con grades señales y maravillas. También  el Señor Jesús tiene cuidado de la Iglesia, que es su cuerpo mismo y la libra de todo peligro. Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?. El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.” Hechos. 9:1-6.
C. Los beneficios y ayuda que ofrece la Iglesia a cada creyente
Desde tiempos inmemorables el hombre siempre ha tratado convivir con sus semejantes. La Iglesia forma una sociedad nueva, adecuada para los nuevos creyentes. En la Iglesia encontramos:
ü  Fraternidad, ya que el amor de Dios nos unifica pensamientos en sentimientos, anhelos, propósitos y actividades … en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.” Hechos. 2:42-43.
ü  Preservación de la doctrina cristiana. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles,…” Hechos 2:42.
ü  La oración en grupo fortalece nuestra comunión con Dios y con nuestros hermanos. Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo. Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.”  Hechos 1:12-14.
ü  La exposición de la Palabra de Dios en la Iglesia donde se conoce la voluntad del Señor, a través del desarrollo de una verdad bíblica.
ü  La alabanza de la Iglesia es del agrado de Dios y El bendice, “diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré.”  Hebreos 2:12;   “De ti será mi alabanza en la gran congregación; Mis votos pagaré delante de los que le temen.”;  “Lleguemos ante su presencia con alabanza; Aclamémosle con cánticos. “ Salmos 22:25; 95:2.
ü  La Iglesia se beneficia a sí misma con la predicación del evangelio, teniendo como resultado un crecimiento espiritual y numérico; "...Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos". Hechos 2:47.

Estos son los principales beneficios de reunirnos como congregación cristiana, hay muchos más que cada uno podemos descubrir y disfrutar, si participamos de manera dispuesta.


Querido  hermano(a) el grupo de Discipulado estará orando para que este tema no solo sea un estudio intelectual, sino que los mensajes aquí escritos lleguen a su corazón  de tal manera que estas palabras den fruto a su tiempo, como la semilla sembrada, donde el crecimiento esperado lo dará Dios.
“Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.”  1 Corintios 3:7


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