viernes, 9 de septiembre de 2011

BENEFICIOS DEL CRISTIANO Y VIDA VICTORIOSA (Segunda parte)

Ahora que pertenecemos al reino de Dios, los cristianos enfrentamos una constante lucha, porque de distintas maneras nuestros enemigos tratarán de arrebatarnos de la mano del Señor; pero Jesús, el Hijo de Dios, declaró poderosamente:
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. San Juan 10:27-28.

Y claro ésta es nuestra confianza, porque es la Palabra de Dios.

Existen tres enemigos de la vida cristiana y cada uno presenta un tipo de guerra tratando de destruirnos:

ENEMIGO
GUERRA QUE PRESENTA
La carne
Tentaciones
El mundo
Rechazo
Diablo
Espiritual


Los asuntos a tratar en esta lección son:

  1. Tentaciones
  2. Rechazo
  3. Guerra espiritual

1.- Tentaciones
Las tentaciones son deseos de nuestra carne que están en contra de la voluntad de Dios; tratan de emerger, y demandan satisfacción, pero los cristianos tenemos toda la capacidad para controlarlas y apagarlas.

“sabe el Señor librar de tentación a los piadosos,...” 2Pedro 2:9

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.1Corintios 10:13

Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. Lucas 10:40

Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Santiago 1:12

Pues en cuanto él mismo (Jesucristo) padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados. Hebreos 2:18
El enemigo de nuestras almas querrá engañarnos; intentará convencernos de que somos muy débiles e inexpertos, pero nosotros no permitiremos que lo haga, porque la Palabra de Dios es y seguirá siendo válida.

2.- Rechazo.
y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Lucas 21:17-18

Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece 1Juan 3:13

Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.
“Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; ...”. Lucas 6:22-23

Nuestros familiares, conocidos, compañeros y vecinos, que no son cristianos, reaccionarán agresivamente cuando sepan la decisión que hicimos cuando nos entregamos a Jesucristo. Estarán muy molestos porque ya no les acompañamos en sus fiestas donde se practica toda clase de pecados (borrachera, deseos carnales, mentiras, intrigas, celos, vanidad, orgullo, palabras sucias, pleitos, hipocresía, etc.); tampoco será de su agrado que ya no adoramos imágenes o que hayamos traicionado su religión (como ellos piensan).

Como no pertenecemos al mundo, seremos señalados, Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.” Hebreos 10:39

3.- Guerra espiritual.
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:12

En una guerra como la que sostenemos, se genera tanto la defensa como el ataque. Espiritualmente Dios nos ha capacitado para ser vencedores porque Cristo ganó la victoria.

En Efesios 6:10-19 se nos dan a conocer las armas y la armadura de Dios, de las cuales estamos provistos y podemos utilizarlas en el momento que sean necesarias:

Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio

Las armas de defensa de que disponemos los cristianos son:

Los cristianos hablamos con verdad en todo y a todos, porque Cristo es la verdad, así cubrimos nuestras espaldas.
Actuamos con justicia respetando los derechos de todos y brindamos amor, así protegemos pecho y espalda.
Dispuestos a publicar siempre que Cristo es el único Salvador, de ese modo nuestros pies están cubiertos.
Creemos en las promesas de Dios, y rechazamos los engaños del enemigo; tenemos un escudo indestructible que es la fe.
La salvación que hemos recibido nos cubre la parte más vulnerable, la cara y la cabeza. (Por lo que por ningún motivo debemos perderla).

¡Estamos completamente protegidos!

Contamos también con un arma poderosísima para atacar cuando necesitamos alejar y destruir las obras de diablo:

La Palabra de Dios es una espada de dos filos y como cristianos nos acompañamos de ella siempre, leyéndola, escudriñándola en el corazón, guardándola en la mente.
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Hebreos 4:12

He aquí algunas palabras de Dios útiles para destruir fortalezas de maldad:

Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 1Juan 5:4-5

Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Romanos 16:20

Jesús utilizó las escrituras para reprender al diablo:
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
El tentador se acercó, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Pero él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso de pie sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, de modo que no tropieces con tu pie en piedra.
Jesús le dijo: Además está escrito: No pondrás a prueba al Señor tu Dios.
Otra vez el diablo le llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adoras.
Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. Entonces el diablo le dejó; y he aquí los ángeles vinieron y le servían.
Mateo 4:1-11

En el nombre y con la autoridad de Cristo, los cristianos tomamos todas las victorias:
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. Marcos 16:17-18

Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; Filipenses 2:9-10

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:37-39



Querido  hermano(a) el grupo de Discipulado estará orando para que este tema no solo sea un estudio intelectual, sino que los mensajes aquí escritos lleguen a tu corazón  de tal manera que estas palabras den fruto a su tiempo, como la semilla sembrada, donde el crecimiento esperado lo dará Dios.
“Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.”  1 Corintios 3:7

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